Este fin de semana, invitado por el ganadero Fernando Rodriguez, he estado tentando en la finca El Zarzoso. La ganadería es de las que quedan de Atanasio vía Lisardo Sánchez, hoy relegada a toreros con valor, con redaños y con gran prestigio entre los aficionados toristas. En Salamanca echó una gran corrida de toros hace dos años, de una presentación impecable, la mejor presentada de toda la feria de Salamanca y corrida a la cual le dimos el Premio al Toro mas Bravo de la Feria. La presentación de la ganadería de Adelaida Rodriguez debería de ser la tónica general en una feria como la de Salamanca, donde el Toro debería de ser el Rey. Salamanca, tierra de toros y de toreros no merece menos.
Fernando nos tenía preparadas dos becerras y tuvimos mala suerte con el tiempo. No había llovido en toda la semana, había hecho muy buen tiempo, pero llega el día del tentadero y se pone a llover y a hacer frío. Para colmo, el tentadero comenzó mucho mas tarde de lo previsto y comenzó a llover mas y a hacer mas frío. Con lluvia y todo comenzamos a torear.
Las becerras salieron bravas pero nada de tontas y un poco complicadas, pero yo estuve como lo chata, estuve mal con ellas. Las becerras estuvieron en todo momento por encima de mi. En algún momento aislado logré darle alguna tanda mediocre y algún muletazo suelto bueno, mas estético que profundo. La primera becerra fue muy brava para el caballo, pero en la muleta fue complicada para torearla y no la entendí. La paré bien con el capote y le pegué alguna verónica aceptable.
Con la muleta me trajo por la calle de la amargura, no paraba de repetir, no paraba de embestir pero con la incomodidad de que se quedaba un poco debajo, recortaba y reponía y yo ya no estoy para estos trotes. Me asfixió, no me podía ir de ella, no me la podía quitar de encima.
Había que darle mucho sitio pues sino, la vaca te comía. La verdad es que fue un gran entrenamiento, un tentadero de los que sirven aunque yo no estuviese bien.
La becerra me pegó un golpe en el muslo izquierdo y hoy tengo hematoma, golpe que antes casi no dolía pero que ahora, al caminar, duele. La segunda, me dio otro golpe en la pierna derecha, me dio con el pitón y tengo un pequeño varetazo con el consiguiente dolor y otro hematoma.
Esta es la segunda becerra, menos brava para el caballo pero mucho mejor para la muleta. Otra becerra brava, noble, pero no tonta con la cual tampoco estuve bien, estando la becerra por encima de mi. Lo cierto es que no estuve a la altura en este tentadero. Me fui muy insatisfecho conmigo, se que puedo estar mucho mejor como lo he estado todas las veces que he toreado anteriormente esta temporada. Esta foto es comenzando la faena de muleta de la segunda becerra. Las anteriores fotos las tiró mi hijo, y estas de la segunda vaca las hizo Mari Mar, mi mujer. Mari Mar, mi hija, me grabó las dos faenas en video, las cuales he visto y así no puedo estar.
Mal, muy mal, no estoy conforme, no me gustó como estuve. Despegado, sin sitio, falto de recursos, parecía que no había toreado en todo el año, y eso que llevo toreado mas que otros años.
A esta segunda becerra le pegué alguna serie aceptable, mediocre, incluso Fernando Rodriguez, el ganadero, me jaleó alguna serie, pero en mi interior se me revolvían las tripas de insatisfacción.
Cuando al finalizar, algunos de los asistentes me decían que había pegado muy buenos muletazos, me rebotaba por dentro, me entraba rabia interna. Yo sé cuando estoy bien y cuando estoy mal. Estos días de atrás, cuando he toreado y me han salido animales que me han dejado, he estado bien, lo he bordado, he pegado grandes muletazos, realizado grandes faenas, pero en esta ocasión, las becerras de Fernado han estado por encima de mi en todo momento. Si el día del festival estoy así, es un verdadero petardo.
En todo momento intenté darle distancias, pero las becerras eran bravas y yo no me podía ir, repetían y repetían, con la condición de que se quedaban un poco cortas y yo tenía que perderle unos pasitos, algo que no hacía.
Esta becerra es la que me ha hecho daño en la pierna derecha, o sea, que tengo las dos piernas magulladas. En algún momento de la faena logré someterla y pegarle alguna serie aceptable, pero enseguida la vaca se venía arriba y de nuevo se apoderaba de mi.
Bueno, me quedan varios entrenamientos de este tipo, varios tentaderos, varias veces por torear y espero que todo esto me sirva para coger fondo, para centrarme un poco mas, para mentalizarme y para estar preparado para la ocasión. Se que si el novillo embiste, es noble, se deja, se va largo, no tendré problema, en caso contrario, no quiero ni pensarlo.
Hoy la clínica bien, estupendamente, así el peor día.
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