El diario de mi Clínica prácticamente dia a día. Comentarios y problemas con los que me encuentro, patologías que se me presentan y otros temas podológicos o que no vienen a cuento. Por que me da la gana.

sábado, 28 de mayo de 2011

Cuba, trabajo, azucar, tabaco y ron; y como no, parranda.

El viernes regresé de mi viaje por Cuba, una tierra en la que se dan muchas de las cosas que los sentidos de la vida hacen que esta sea mas llevadera en esas tierras. En Cuba hay que trabajar, y trabajar duro para salir adelante, sino, el conformismo y el pasotismo se apoderan de uno, que causas para ello hay mas que suficientes, por eso, muchos trabajan a destajo y otros, con la panza al aire. En Cuba, la cual tiene todos los ingredientes, trabajo, azucar, tabaco y ron, y como no, parranda, uno se siente como en su casa, pero todo, gracias a la amabilidad de sus gentes, de la buena gente, por que de la otra, también hay, como en todas partes.
En esta primera foto pongo una instantánea que tiré desde la habitación de mi hotel. Me alojé en el Hotel Nacional, al lado de la Suite Real donde estuve viviendo la otra vez por unos días, en el últmo piso, donde se pueden ver unas salidas de sol que son todo un espectáculo. Este amanecer sobre el malecón de la Habana es una preciosidad.


Aquí estoy con mi amiga Jennifer, una enfermera que es un encanto, con la cual salimos una noche a La Roca.


En Cuba no todo es trabajo, y da tiempo para disfrutar de sus gentes, de sus ciudades y de sus paisajes. En esta ocasión fui con mi mujer a Cayo Largo del Sur pues ella que ya ha venido varias veces conmigo a Cuba, no lo conocía y sabía que le iba a gustar.


En Cayo Largo hizo un calor tremendo y de vez en cuando se nublaba un poco, pero ni llovió ni se estropeó el tiempo. Las playas de Cayo Largo son paradisiacas, para mi, mucho mejores que las de Varadero. Son playas vírgenes, con grandes palmerales como el de la foto, arena interminable y finínsima, lo cual hace un poco pesado el caminar por ella.


Durante nuestra incursión a Cayo Largo tomamos un yate con el cual fuimos a la isla de las Iguanas, a bucear y a la piscina natural metida entre los islotes, así, como paramos en las aguas someras, aguas donde caminas y caminas y nunca te llega el agua mas arriba de las rodillas, bancos de arena donde el agua te cubre los tobillos y están llenas de vida, peces, caracolas, cangrejos y SIRENAS.


En el yate nos quedamos hasta el anochecer, y la puesta del sol fue maravillosa, como podéis ver en la foto.


Mi mujer y yo en el yate cuando estaba anocheciendo.


Para cenar no comimos otra cosa que langosta cocinada en el momento, langosta fresca y buena, a la plancha con un poco de ron. En Cuba se puede comer langosta por un peso, algo menos de un euro.


Aquí estoy con unas amigas canadienses y con mi mujer, que sino, me pegaba un langostazo.


En una de las paradas del yate en las aguas someras, rodeado de peces, caracolas y cangrejos..........


 
El grupo de triperos a bordo del yate.


Hacia la barrera de coral, donde ya he buceado en anteriores ocasiones. En esta ocasión buceé en una zona de la barrera de coral donde me encontré un banco de grandes caracolas y cogí una la cual subí al barco. El paisaje me recordó a Alfonsina y El Mar, escuché el canto de las caracolas, los caballos marinos desfilaban delante de mi, los habitantes del fondo del mar hacían una ronda a mi vera y las sirenas casi me vienen a buscar, pero no les di tiempo y las dejé plantadas en mi cita.



Como dije al principio, en Cuba no todo es parranda y gozadera, hay que trabajar, y aquí estoy realizando una infiltración a una paciente. En esta ocasión hice tres infiltraciones. Las pacientes, por que fueron mujeres, padecían de fascitis y no tenía otros medios para poder solucionarle el problema, ya habían sido tratadas con los remedios que los compañeros cubanos tenían en sus manos.




Estas dos fotos anteriores son de un paciente al cual se le extirpó un tumor en el dedo. El tipo de tumor aún no lo sabemos pues la pieza fue remitida a anatomía patológica y los resultados se demoran mas de un mes. La pieza fue de un tamaño considerable y la zona se cerró parcialmente con suturas y el resto por segunda intención.





Mas infiltraciones, en este caso en ambos pies, a una paciente a la cual ya le había infiltrado en una visita anterior a Cuba con muy buenos resultados pues el dolor le desapareció por largo periodo de tiempo. En esta ocasión el dolor estaba comenzando de nuevo de forma aguda y decidí volver a infiltrarla.


Este paciente es un chaval de 22 años el cual presentaba una úlcera necrótica en el talón, con gran infección, la cual, al desbridarla, echó gran cantidad de pus. El compañero podólogo Juan Carlos, tomó unas muestras para mandarlas al laboratorio y mientras tanto le mandó un antibiótico vía oral y otro en pomada.


Con Denise, con mi amiga Denise en la puerta de entrada del Policlínico Tomas Romay, donde realicé la primera intervención en Cuba cuando fui con mis amigos Luis y Luismi. Operé a una chica de un tumor en el talón, un tumor de un tamaño considerable que resultó benigno pero que era muy doloroso.
Voy a dar por terminada esta entrada, ya pondré mas cosas de este viaje a Cuba cuando regrese de mi viaje a Colombia, donde marcho el lunes que viene. Tan solo he estado cuatro días en Salamanca y ahora mi estancia en tierras de El Dorado va a ser un poco mas larga, pues allí permaneceré la primera quincena de Junio desde el 31 de Mayo. Creo que me tienen preparados unos cuantos paciente, poquitos, para no aburrirme. Ya os contaré a mi regreso.
Javier Aycart, un poco mejor.