

Por otro lado, los medios sanitarios pasaban por no tener nada de nada, una simple ambulancia y un médico acojonado, rezando a Dios para que no sucediera nada, para que el torero no fuese corneado por el novillo, pues el hombre, tan solo era el médico de cabecera del pueblo, sin medios, y algunos, sin conocimientos quirúrgicos para solventar una posible cornada fuerte.
Yo tuve la suerte y para mi, el honor, de torear en Aldedávila de donde son las fotos que pongo en esta entrada. El que aparece toreando en estas fotos soy yo, Bernardino Basas, por entonces, El Salmantino, apodo que solo llevé durante los tres primeros años en los que estuve toreando, pasando los años siguientes a acartelarme solamente con mi nombre, Bernardino Basas.
El día de esta novillada toreé con un novillero recién llegado de Portugal pero que en las pocas novilladas que había toreado en la provincia de Salamanca había impactado. Me estoy refiriendo a Rui Bento Vasques, con el cual toreé en tres ocasiones y en las tres ocasiones me mojó la oreja aunque yo y no me duelen prendas decirlo, era mejor torero que él, pero él era mas bulliciosos, se ganaba a la gente desde el primer momento, ponía banderillas algo que yo no hacía, y toreaba mucho al público, cosa que yo tampoco hacía. Lo de decir que yo era mejor torero que él no es solo por que yo pensara que era mejor, sino por que muchos profesionales así lo decían, banderilleros, críticos taurinos de Salamanca, algunos que desgraciadamente ya no viven; otros por su puesto, decían que yo era muy malo y que Rui era mucho mejor torero que yo, pero esto es así. El caso es que Rui siempre me dio un repaso siempre que toreamos juntos, él llegó a ser apoderado por una casa lugarteniente de una casa fuerte, tomó la alternativa, toreó varias veces de matador de toros en Salamanca y yo, pues a ver los toros desde el tendido.
El día de esta novillada salió una novillada gorda, astifina y Rui cortó cuatro orejas y un rabo, yo solo corté dos orejas a uno novillo, siendo silenciado en el otro, un novillo que me trajo por la calle de la amargura y con el que tengo una pequeña anécdota. Este era un novillo complicado, perteneciente, como los demás, a la ganadería de Ricardo García Torres, de Agustinez, con unas pezuñas como patas de elefante, y mas algo que la Torre Eiffel. Yo por entonces tenía buenas facultades e intentaba meterlo en la muleta como podía pero se colaba a cada momento, me doblaba con el pero la cara la tenía en las nubes y cuando ya creía que lo tenía un poco dominado intenté pegarle muletazos, me alejé de el, le puse la muleta adelante, lo cité de lejos y..............se me vino encima, me arrolló, me encunó entre los dos pitones y me pegó tal golpe que me dejó sin respiración. Me metí entre las talanqueras donde me llevaron mis banderilleros y me quitaron la chaquetilla, allí estaba el por entonces "amigo mio", Julio Norte, el cual tenía mas gatos que Paco Camino. Por entonces yo no tenía mucha simpatía con Julio Norte, me sucedieron algunas cosas con él y compartíamos mozo de espadas, mi primo Chuchi "Canano". En ese momento Julio se acercó a preocuparse y preguntarme, pero cuando vio que no era nada, que solo era el golpe, tenía la sonrisa de oreja a oreja. El médico del pueblo estaba acojonado, el pobre hombre me decía, por favor chaval, mata al toro y vámonos pa casa, no dejes que te vuelva a coger. Salí de nuevo y lo maté a la tercera o cuarta vez de entrar a matarlo.
Ese día a mi me quedaron 100.000 pesetas, que por entonces era un buen dinero, lo que hoy son 600 euros, algo que hoy en día no ven la mayoría de los novilleros.

Las fotos no son muy buenas ni de muy buena calidad pero las hizo mi hermano que me acompañó a esa novillada. En la primera foto ya podemos ver como es la plaza de toros y como estaba la gente alrededor del peculiar ruedo. En la última foto, recetándole una gran estocada al novillo que le corté las dos orejas. Esa tarde toreaba con un vestido azul noche y oro nuevecito que me compraron mis padres, los cuales no fueron a verme pues lo pasaban realmente mal.