Dedo en mazo. Higroma y bursitis. Sábado de Toreo de Salón y piscina.

Hoy Sábado lo he dedicado a relajarme todo lo que he podido, y para ello me fui al chalé de mis padres y me dediqué a torear de salón, ejercicio que hago con frecuencia y que me hace soltar adrenalina.

Posteriormente me pegué un baño en la piscina, y mi hijo se dedicó a sacarme fotos mientras entrenaba y me tiraba de cabeza al agua.

La verdad, no lo hago muy bien, pero para 47 años que tengo, tampoco está mal. Aún me veo en forma.

Ayer viernes el día fue con mucho el mas flojo de lo que llevamos de mes. Atendí tan solo a 26 personas en todo el día, y tan solo 9 han sido para quiropodias, el resto, patologías diversas. Las quiropodias, tanto las privadas como las de los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, ya he dicho que han bajado una barbaridad, y de seguir así la situación, bajarán mucho mas pues cada vez hay mas compañeros y compañeras dispuestos a prostituirse.

Pongo dos casos de los que se me presentaron. El primero es el de una mujer artrítica que presenta tofos artríticos a nivel de la segunda cabeza metatarsal. La paciente ha estado tratada con sales de oro.

A esta paciente, procedente de Guijuelo, la operé de dedo en garra y de ambos juanetes hace unos seis años. El resultado de la intervención fue muy bueno, pero con el tiempo, la artritis a vuelto a deformar el pie de la paciente pues tiene brotes constantemente y su enfermedad está en un estadio muy avanzado. Ahora nos estamos planteando realizarle una panreserción de las cabezas metatarsales, algo a lo que la pobre está dispuesta pues no puede dar un paso. Al delaminarle la hiperqueratosis que presentaba, salió un líquido seroso debido a la bursitis e higroma que presentaba.

Otra paciente vino para que le quitara los puntos del cuarto dedo, puntos que le di hace unos diez días, pues la operé de un dedo en mazo. El dedo está un poco inflamado pero es algo normal.

La evolución no es mala y el pronóstico es bueno.

Cuando alguien nos lastime, nos haga daño,

escribamos nuestro dolor en la arena,

donde el viento del perdón pueda borrarlo.

Cuando alguien haga algo bueno por nosotros,

grabemoslo en piedra, en el interior de nuestro corazón,

donde ningún viento pueda borrarlo.

Aprendamos a escribir nuestras heridas y sufrimientos en la arena
y grabemos en piedra y en el corazón todas nuestras dichas y venturas.

Toma un minuto encontrar a una persona especial,
una hora para apreciarla

un día para amarla
y una vida eterna

para poder olvidarla.