Roma. La Ciudad Eterna. Mañana comienzo de nuevo a trabajar hasta el día 12.

Dicen que todos los caminos van a Roma y debe de ser verdad, pues de nuevo estoy en Roma, en Roma la Chica. Se me terminan las vacaciones y después de regresar de la Ciudad Eterna, estoy realmente agotado, no puedo con mi alma y ahora necesito simplemente descansar de las vacaciones. Pasado mañana comienzo a trabajar y de nuevo me incorporo poco a poco a mi vida cotidiana. Hasta el día 21, día de San Mateo, solamente trabajo por las mañanas, a excepción del 12 al 21, días en los que únicamente haré las operaciones a primera hora y posteriormente me dedicaré a la feria taurina; por las mañanas iré al sorteo de los toros y por la tarde a la corrida.

No voy a cansar a nadie con mi viaje a Italia, como hago otras veces cuando viajo, tan solo voy a dedicar esta entrada a comentar algo. No aburré contando cosas de Venecia, Florencia, Pisa, ni Ostias ( Antiqua y Nova ), solamente me centraré en Roma, la ciudad de los emperadores, la capital del mundo antiguo.

El monumento que mas me gusta de toda la ciudad es el Coliseo o Anfiteatro de Flavio. La magnificencia de este coloso asombra a todo el que lo ve por primera vez, y por muchas veces que lo veas, no deja de impresionarte. No cabe duda que las plazas de toros se inspiraron en la estructura de los anfiteatros romanos, con la coincidencia de que en ambos, la vida y la muerte luchaban cada tarde que abrían sus puertas. La vida y la muerte es una constante en las plazas de toros y lo era en los anfiteatros romanos, donde la muerte siempre está presente de una u otra forma. Los gladiadores no tenían tercios, ni terrenos, y los cristianos, no tenían barrera para poderla saltar y huir de una muerte segura. Muy pocos fueron los cristianos que se salvaron de que la divinidad presidencial indicara con su dedo pulgar hacia abajo, signo del último tercio, y pudiesen ver, el dedo indicando hacia el Cielo, señal del indulto.

En los toros, ocurre algo similar, y la similitud del toro con los cristianos es clara, metafóricamente hablando, siendo los gladiadores los hombres de oro, los cuales, en este caso, si tienen barrera para saltar, terrenos para pisar, y tercios donde poder someter.

Hasta aquí, todo era real, la sangre, el sudor, el miedo. Ahora viene lo irreal, el teatro, donde se muere de mentira. Este edificio de la izquierda, muy parecido al Coliseo, es el Teatro Marcelo, otro de los monumentos romanos que me llaman poderósamente la atención. La tragicomedia de la vida y la muerte se representaba por los actores romanos sin ningún tipo de censura, incluso se hacían críticas sarcásticas contra senadores y gobernantes.

Vía de la Concordía con el Vaticano al fondo. La ciudad del Vaticano es otro cantar. Me gusta el arte que hay acumulado entre sus murallas, las pinturas, esculturas, libros, tesoros, pero lo que no me gusta es la moral que encierran sus muros. En todas sus estancias se respira aire imperial, intolerancia, incomprensión, grandeza, opulencia y prepotencia, todo lo contrario de lo que Jesús de Nazaret predicó hace mas de dos mil años. Los primeros orígenes de la Iglesia Católica fueron buenos, pero la soberbia, el afán de poder y de dominar todo por parte de algunos sumos pontífices, hizo que la Iglesia se desviase de sus objetivos. La culpa no la tiene la iglesia actual, esto viene de muchos siglos atrás, solo da que pensar que ! Si Cristo levantara la cabeza !.

Otro gran monumento de la Roma Imperial, es el Circo Máximo, recinto en el cual cabían 100.000 expectadores. Me imagino como deberían ser los acontecimientos en él. Es el recinto mas grande de la época romana. En él se realizaban las carreras de cuadrigas y también lucha de gladiadores, fieras y asesinato de cristianos y esclavos.

Las Termas de Caracalla, que tenía caracallo, según los bustos de la época y de las esculturas encontradas sobre su persona, son otro de los monumentos de una gran magnificencia de la época imperial romana. Las ruinas nos dan una idea de las grandes dimensiones que debieron tener en su estado primitivo.

La Fontana di Trevi, posíblemente sea uno de los monumentos con mas aglomeración de toda Italia, sobre todo, de Roma. En ella se ve la gran influencia de Bernini.

El foro de Trajano es otro de mis sitios preferidos de Roma. El solo contemplarlo, te da una idea de como era la vida de la época del emperador. Cada emperador intentaba construir un foro, algunos lo veían terminar y otros, no lo lograban, pero todos querían mostrar su poderío.

El Templo de Antonino y Fausta es una de las ruinas mas expectaculares del Foro Romano. columnas de mármol de una sola pieza, reflejan la opulencia en la que vivía el emperador Antonino.

Vista de parte del Foro Romano, algo expectacular para los sentidos de la vista y la imaginación.

Castell de Sant´Dangelo o Mausoleo de Adriano. Algunos, ni después de muertos querían ser humildes.

Escalinata elicoidal del museo del Vaticano.

Plaza de San Pedro, esto es otro tipo de foro y de imperio.

Plaza de España , siempre abarrotada de gente, ya que es la plaza romana mas popular. En ellas hay una preciosa fuente que es una barcaza semihundida obra como no, de Bernini.

Paseo del Pincio, desde la Plaza del Popolo. Tiene una gran escalinata que nos lleva a lo alto de unos jardines donde nos encontramos con unas vistas asombrosas de Roma.

Santa María la Mayor, en donde está enterrado Bernini y su familia, es toda ella una auténtica obra de arte, pinturas y esculturas así como los frescos, son impresionantes. Obras de Pedro Caballini, Giotto, Guido Reni, Bernini, Miguel Ángel, Piero della Francesca, etc. En la Cripta, se veneran lo que dicen son los restos del Pesebre de Belén, donde la leyenda dice que nació Jesús (¿ Dónde estará en verdad el verdadero pesebre? ).

Pasado mañana, a currar. Comienzo a las ocho de la mañana con una operación en la clínica.