Por fin estoy en Salamanca después de una larga estancia en Colombia, pero lo malo ha sido el vuelo de regreso a España, una historia que no aconsejo vivir a nadie. Desde luego que tengo ya historias como para escribir un libro gordo, gordo, como dice el Doctor Abel Angee.
Hasta el último día en Colombia tuve trabajo, bueno, no, hasta que salí del aeropuerto de Popayán hacia Bogotá, luego fue todo una odisea.
Estas fotos son de la última mañana en Popayán, donde antes de partir para el aeropuerto estuve realizando unos moldes para unas plantillas.
Realicé una ortesis de silicona.
Y llegó una onicocriptosis a la cual le realicé la espiculectomía o espiculotomía, ya que en Sur América lo llaman de muchas formas.
Además realicé la cura de un fenol que operé la semana anterior.
Este es Juan Camilo o Panza Sancho, al cual lo operó una de las compañeras de onicocriptosis de ambos canales en ambos primeros dedos. Por cierto, la operación ha sido muy buena y con excelentes resultados.
Aquí con Juan Camilo luciendo camisetas del Museo Taurino de Salamanca.
Cuando ya me había cambiado para ir al aeropuerto y viajar, pues llegó otro paciente y lo tuve que atender.
Ahora comienza la historia interminable, de un vuelo interminable y una situación grotesca, complicada, seria y eterna.
Esto no le importa a nadie por lo cual no recomiendo leerlo, puede resultar un poco pesado.
Salgo de Popayán en avión hacia Bogotá a las 6 de la tarde y llegamos puntuales a la capital de Colombia. A las 10 horas de la noche tenía que despegar el vuelo de Bogotá a Madrid, vuelo AV 10 de Avianca, pero se retrasó y salimos a las 23 h, 11 de la noche. Cuando llevábamos mas de 4 horas de vuelo, sobrevolando Caracas y ya saliendo al Océano Atlántico, vemos como el avión se da la vuelta y regresamos hacia el punto de partida sin que nadie nos diga nada. Los pasajeros nos comenzamos a poner inquietos y ya el capitán del avión, el mismo piloto, nos dice que por un problema técnico en el radar meteorológico del avión, regresamos a Bogotá.
Al sobrevolar Bogotá no podemos aterrizar por que el aeropuerto bogotano estaba cerrado a consecuencia del mal tiempo, por lo cual nos desvían a Cali, donde aterrizamos y sin ser informados de nada, permanecemos dentro del avión tres horas, 3 horas eternas transcurridas las cuales nos dicen que tenemos que bajar del avión por que van a arreglar la avería.
Nos llevan a la sala de embarque y allí permanecemos durante 4 horas sin explicación alguna solamente diciéndonos que están arreglando el avión y dándonos un zumo, una gaseosa y mas tarde un sandwich. Nos dicen que a las diez de la mañana saldremos y de nuevo el tiempo se alarga y se retrasa el vuelo. Por fin dicen que el avión está arreglado y volvemos a subir a el, pero cuando íbamos a despegar, el avión se detiene, no dicen nada durante un largo rato, mas de media hora y de repente nos dicen que el avión no puede despegar por que sigue la avería que volvemos a la terminal para arreglarlo y seguir el viaje. En este punto comenzó la verdadera historia, una historia que jamás se ha dado en los aeropuertos Colombianos y en muy pocos de todo el mundo. La gente estaba inquieta, preocupada, nerviosa, impaciente y se me ocurrió decir en voz alta que en ese avión no volvemos a volar que nos pongan otro, entonces todo el avión me secundó la propuesta y comenzamos a protestar sin bajarnos del avión.
El piloto, capitán de la nave, insistía que teníamos que bajar el avión para llevarlo a arreglar y entonces realicé una propuesta a los pasajeros, dije que no nos bajáramos del avión hasta que no traigan otro y nos llevasen a un hotel a descansar. Entre otro español y un italiano hicimos de portavoces (Voceros, como dicen en Colombia) de todos los pasajeros.
Yo me fui a hablar con el capitán y la tripulación y les dije que habíamos decidido no bajarnos del avión hasta que no nos asegurasen otro avión distinto para volar hacia España, que nos llevasen a un hotel a descansar y cenar y que nos diesen una indemnización. En un principio no hicieron ni caso pero viendo que el asunto iba en serio ya nos dijeron que nos iban a llevar a un hotel pero que nos bajarnos. Seguíamos en nuestros trece, nada de bajarse del avión hasta que no nos confirmasen que nos cambiaban de avión, algo que nos confirmaron mas tarde pero para hacer presión y que no nos engañasen le digimos que nos lo trajeran por escrito y firmado por el máximo responsable de Avianca en ese momento. Nadie quería firmar nada, no se comprometían, solo de palabra, decían que ellos no se podían comprometer a firmar eso.
Hicimos que el capitán del avión diese la cara y fue a hablar con nosotros después de que ya algunos pasajeros se pusiesen enfermos, les pusieran oxígeno, el estado de nervios aumentaba y los niños pequeños estaban sin comer, sin beber e irritables por lo cual esa gente se bajó del avión y efectivamente los llevaron a un hotel, el resto, seguíamos amotinados en el interior del avión.
Enviaron a la policía para bajarnos del avión, decían que no era para intimidarnos, que era por seguridad y evitar altercados pero nosotros nos hicimos fuertes, la policía nos comprendió después de explicarle la situación y decidió bajarse del avión sin hacer nada.
Angela era la azafata máximo responsable de Avianca en ese momento y la pobre estaba pasando por un momento muy delicado, ella decía no podían hacer nada ni firmarnos nada y entonces llamaron a Beatriz Sánchez, la Directora del Aeropuerto de Cali y máxima responsable de la Aviación Civil allí, la cual se presentó en el avión y nos prometió todo lo que pedimos pero no nos lo daba por escrito y seguimos sin bajarnos; estábamos retrasando vuelos tanto para despegar como para aterrizar, aviones dando vuelta en el cielo de Cali por "culpa" de unos cabezones de pasajeros que lo que querían era algo justo.
Finalmente Beatriz se comprometió a firmar una carta en la cual nos aseguró que nos llevaban a un hotel, nos daban una indemnización del importe del trayecto Bogotá-Madrid y de traernos un nuevo avión, el cual nos lo enviaban desde Nueva York. Nos llevaron la carta al avión, la firmamos y nos bajamos del avión, llevándonos al Hotel Intercontinental de Cali un hotel de los mejores y en donde me dieron una suite presidencial impresionante con salón, sala de estar, recibidor, cocina, habitación dormitorio con una cama impresionante, la mas grande que he visto en mi vida y sala de estar en el dormitorio, con unas televisiones en todas las salas como pantallas de cine, el cuarto de baño con jacuzzi y ducha, etc.
Realmente Beatriz Sánchez se portó bien, hizo todo lo posible para que la situación se resolviese lo mejor posible, habló con los responsables de Avianca los cuales solo pusieron como representante a una azafata sin decisión ni compromiso alguno, mandaron al responsable de mantenimiento y al hombre se le saltaban las lágrimas, se estaba comiendo el marrón sin tener nada que ver, la pobre azafata llevaba una paliza terrible, lo mismo que la Directora del Aeropuerto, la cual mantuvo el tipo hasta el último momento he hizo todo lo que estaba en su mano cuando le pusimos las cosas difíciles.
Realmente Beatriz Sánchez se portó bien, hizo todo lo posible para que la situación se resolviese lo mejor posible, habló con los responsables de Avianca los cuales solo pusieron como representante a una azafata sin decisión ni compromiso alguno, mandaron al responsable de mantenimiento y al hombre se le saltaban las lágrimas, se estaba comiendo el marrón sin tener nada que ver, la pobre azafata llevaba una paliza terrible, lo mismo que la Directora del Aeropuerto, la cual mantuvo el tipo hasta el último momento he hizo todo lo que estaba en su mano cuando le pusimos las cosas difíciles.
Antes de firmar el acuerdo, el pasajero que está de pies, ese hombre alto, el Dr. Juan Pablo Fonwalker (el cual por cierto se bajó del avión) http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/juan-pablo-pasajero-de-avianca-se-refiere-al-retraso-del-vuelo-bogota--madrid/20130309/oir/1963241.aspx, anestesista colombiano que trabaja en España creo que en la Ruber en Madrid, llamó al periodista Julio Sanchez Cristo, un periodista colombiano muy famoso y le contó la situación la cual salió en antena inmediatamente. Le hicieron una entrevista en directo por teléfono móvil y salió al aire inmediatamente la noticia, noticia que salió en la televisión colombiana y levantó un gran revuelo y puso a todo el personal del aeropuerto, sobre todo a Avianca un tanto nerviosos. En la radio propagaron la noticia inmediatamente pero luego el poder de Avianca hizo que la noticia posteriormente se girase hacia su propio beneficio, hablando el Presidente de Avianca Fabio Villegas diciendo cosas no del todo ciertas y haciendo ver que Avianca actuó correctamente, pero posteriormente pidieron disculpas públicas por los problemas ocasionados. He realizado varios comentarios comentando el suceso en W RADIO y me los han publicado.
Esta mujer a la que grabé es Beatriz Sanchez, la vocera de la aerolínea y Directora Aeroportuaria, la cual dio la cara en todo momento y negoció con nosotros. Hubo momentos de gran tensión y hasta se les saltaban las lágrimas pero ella se portó fenomenal.
Otro pasajero también salió en una entrevista en directo, el pasajero Edwin Meneses: http://www.wradio.com.co/escucha/archivo_de_audio/edwin-meneses-pasajero-de-avianca-narra-retraso-del-vuelo/20130309/oir/1963236.aspx
He volado muchas veces en Avianca, siempre se han portado muy bien, el trato ha sido exquisito incluso en el vuelo hacia Colombia me metieron en Bussiness Class, en otra ocasión me indemnizaron muy bien por una maleta, me subieron de estatus, etc. Avianca me merece seguridad y volveré a volar con Avianca pero en esta ocasión no acertaron en el trato a los pasajeros.
No culpo del fallo técnico, culpo del trato recibido al principio, no mas.
Vaya experiencia Bernardino... Y vaya capacidad de liderazgo, jejeje. Afortunadamente el final ha sido bueno, así que después del mal trago, habrá que darlo hasta por bueno.
ResponderEliminarUn saludo desde Guadalajara.
Una experiencia que no recomiendo pero que al final hay que dar gracias a Dios. Final feliz
ResponderEliminarBerna