miércoles, 22 de junio de 2011

CUY, TERNERO E INSEGURIDAD VIAL. ONCOCERCOSIS.

Todos los países tienen cosas típicas, y Colombia no es menos. Es típico en Colombia que cuando un extranjero se monta en un coche, toma un taxi o se sube a una autosbús (buseta), los cataplines se aprietan, se ponen duros y mas pequeños, se aprietan mas contra el culo y casi se suben a la garganta. Esto es debido al efecto cagalera automovilística del viajero extranjero. Este efecto se debe a que cuando en Colombia te montas en un automóvil del tipo que sea, comienzan a adelantar por sitios y lugares prohibidos, por línea contínua, en las curvas, en las bajadas, cuando viene un automóvíl de frente etc. Yo soy una persona tranquila ante las situaciones de peligro, pero en algunos casos la adrenalina se me sube, mejor dicho, los bolindroquios se me suben.


En esta secuencia de fotos podéis ver como el coche en el que voy, va a adelantar a un camión en una curva si ningún tipo de visibilidad y en línea contínua, jugándonos la vida sin necesidad alguna, pero es que en Colombia se juegan la vida como si no tuviesen apego a ella.


Adelantamiento realizado, menos mal que no venía nadie de frente.


Otro momento de peligro con los bolindroquios en la garganta. Adelantando a una buseta, un coche viene de frente como podéis ver, línea contínua.


Un coche nos adelanta y seguidamente adelantamos nosotros, vamos por el centro de la carretera.


Este transporte no es tampoco nada seguro. Los carros de animales provocan muchos accidentes. Casi todos los días pasaba por este establecimiento, Cafetería La Española, en la cual, como podéis leer, tenían y hacían de todo, albóndigas, tamales, costillas, pericos, cacerolas, pastelería, galletería, confitería, jugos, empanadas, chorizos, fax, minutos, recargas, laminados, fotocopias, escaner, internet, esto es Colombia.


Siempre que puedo, allí donde voy, me gusta probar la comida típica de cada país. Tenía unas ganas locas de comer Cuy, un roedor mas grande que una rata, el cual asan a la brasa muy lentamente clavados en unos palos. En esta ocasión lo pude proba,r pues en mis dos viajes anteriores a Colombia, fue imposible. El Cuy no lo ponen en todos los restaurantes, y donde lo ponen suelen ser en sitios un tanto rústicos y de lugareños. Me gustó mucho su sabor, su textura, lo crujiente de su piel; ya digo, me encantó comer Cuy.


En la siguiente secuencia de fotos, el lugar donde fuimos a comer el Cuy, el mejor sitio de Popayán para comerlo, en el barrio de La Rioja, donde solo faltaba el vino de Rioja para haber sido una jornada gastronómica completa.


Asando los Cuys o Cuyes o Cuis.



Mu buenos, Mu buenos.


Tatiana se comió la cabeza de mi Cuy, y Mateo se metió una costilla de puerco con arroz para llenar su estómago de guardaespaldas.

Ante la Escuela de Salud del Cauca.


Por fin pude ir al Camino Real, que ya tenía ganas después de tres años. Es el Restaurante mas famoso de Popayán, y es Mu Bonito, Mu Bonito, estilo antiguo colonial español.


Una de tantas uñas incarnadas que traté.



Otra de las aventuras y experiencias que pude experimentar en esta ocasión fue ir a una Galería, ya que en anteriores ocasiones no me dejaron ir solo, ni acompañado. Cuando van conmigo los compañeros y compañeras colombianos dicen que no hable, que no abra la boca. Las Galerías son como grandes mercados donde venden la carne, el pescado, las frutas y verduras, cacharros y todo lo que os imaginéis. Además, en el interior de las Galerías hay montones de establecimientos donde van los lugareños a comer, especie de cocinas donde ves como hacen la comida y los nativos se sientan alrededor de las cocinas y engullen la comida típica en grandes platos y bandejas. No falta el Sancocho de todo tipo. A este lugar van muchos indígenas a los cuales les pedí permiso para fotografiarlos pero no me lo dieron, no se dejaban fotografiar. El lugar no es agradable, y los olores no invitan a sentarte  a compartir mesa, además hay sitios en los que la limpieza brilla por su ausencia.

En la Galería compramos para comer, Ternero. El Ternero ya lo había comido. El guiso me gusta mucho, tiene buen sabor, pero la carne en general no me gusta, sobre todo algunos trozos.


El Ternero no es ni mas ni menos que un guiso con ternero no nato, osea, feto, ternero no nacido. En el guiso se utilizan, además de la carne del ternero no nacido, la placenta, la cual está llena de ganglios que es lo que mas le gusta a la gente. En Colombia también comí hormigas culonas, grandes hormigas que son tostadas y la verdad están muy buenas, al menos, a mi me gustan. Traje, la primera vez que fui a Colombia, un manojo de hormigas para mi hijo, las compré en Bogotá y le encantaron.

Después del almuerzo, a seguir trabajando. Con la Señora Delgado viendo algo en el ordenador.

Atendiendo a un niño con los pies valgos laxos y sobrecarga metatarsal.

Le confeccionamos unas plantillas con ALI y descarga retrocapital.


ONCOCERCOSIS
140.000 Casos de Oncocercosis se han registrado en Latinoamérica. Colombia no se libra de ello. La oncocercosis o ceguera de los ríos es una enfermedad parasitaria causada por nemátodos en forma de hilos, por lo cual es una de las tres clases de filariasis que hay (filariasis linfática o elefantiasis, loasis y la oncocercosis). Se transmite por la picadura de los insectos. Es una enfermedad crónica causada por un gusano llamado Onchocerca Volvulus que penetra en la piel, causando graves daños y pudiendo llegar a los ojos donde causa ceguera. Una de las principales vías de entrada en el cuerpo es por la picadura en los pies. Esta picadura debe de ser realizada por la mosca negra o Jején que habita en las orillas de los ríos, zonas cercanas a estos, en humedales o zonas de corrientes de agua. El reservorio de esta enfermedad son los seres humanos pero no se transmite de persona a persona.
La picadura de esta mosca produce una pequeña mancha abultada de color rojo y redondeada, tarda en desaparecer y pica mucho e irrita la zona. Con el tiempo el parásito se hace adulto, construye nódulos y echa los huevos reproduciéndose montones de filarias pequeñas que migran por todo el cuerpo, pudiendo llegar a los ojos y causar la ceguera.
Los síntomas que presenta la persona son debilidad general, pérdida de elasticidad en la piel, nódulos, picazón, dificultad en la visión.
El método de diagnóstico mas frecuente es el de realizar una incisión en la piel, tomar una muestra de esta y echarla en suero fisiológico, para ver en cuestión de segundos a montones de microfilarias abandonando la piel. También se pueden detectar en sangre.
El tratamiento con Ivermectina no es eficaz para erradicarla a corto plazo, aunque mata las filarias y gusanos pequeños, pero no a los adultos que se seguirán reproduciendo, por lo cual la Ibermectina hay que aplicarla periódicamente cada 6 meses, tiempo de reproducción y en el que van muriendo por vejez los gusanos adultos. El nombre comercial de la Invermectina es el Meztican.


Esta foto es de un paciente afectado por oncocercosis y no debemos confundirlo con una lava migrans. En este caso las lesiones son muy parecidas pero el diagnóstico y el tratamiento, así como las lesiones, son distintas. La larva migrans también se trata con Invermectina y con albendazol. como tratamiento tópico tiabendazol o albendazol tópico.
Estas enfermedades son mas frecuentes en zonas del Caribe, Brasil, Venezuela, Colombia, Jamaica, Senegal, Barbados, Tailandia, pero estamos viendo muchos casos en Europa debido a la inmigración y al turismo. En mi clínica hace dos años vi un caso de larva migrans a un paciente venezolano.

Al finalizar la jornada de trabajo, Pipe me llevó a dar una vuelta con la vespa. Visité sitios peligrosos y poco recomendables pero que es una experiencia haberlo podido vivir. Hoy en día, no volvería por alguno de los sitios por donde pasamos, no merece la pena jugarse el tipo.

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