martes, 2 de enero de 2018

Juan Carlos Martín Aparicio y los pitones.

Estimado y respetado Juan Carlos, no estoy de acuerdo, como aficionado, con las dos últimas columnas de opinión que has escrito en  los cuadernillos de la Gaceta, pero claro, es solo tu opinión, la cual no comparto.
No, no y no, me niego a admitir que al toro se le toquen los pitones como tu dices para humanizarlos. A mi también me gusta el arte, no me gusta la tragedia, pero a nadie se le obliga a ser torero, a nadie se le obliga a ponerse delante de un toro, y el que quiera ser torero, que asuma que los toros tienen dos pitones y estos deben estar íntegros o como la naturaleza se los preste.
Es cierto que los toros afeitados también matan, han matado y posíblemente sigan matando, pero el riesgo de la muerte, de la cornada fatal, es inherente a la profesión de torero y se asume y se debe asumir.
Mis palabras no van evitar que se siga afeitando a los toros, pero no por eso debemos estar a favor, y no, no es cierto lo que dices de que no se le cortan las puntas y que solo con la lima se le va limando y redondeando la puntita. Yo he presenciado el cortarle mas que la puntita y luego dejarlos mas astifinos que la madre que los parió, pero con cinco centimetros menos. Como digo, no me gusta la tragedia, pero esta es inherente a la Fiesta de los Toros como ya he dicho antes, y al toro no hay que mutilarlo y eso es una mutilación en toda regla. Sí, es cierto que los riñones juegan papel importante en la cornada, pero riñones sin pitones es una riñonada, no se si me explico. Yo, como usted, como todos, preferimos ponernos delante de un toro recogido de pitones, un poco cornigacho y algo astigordo y digo astigordo que no afeitado, aunque tenga 300 kilos de canal, que ante un toro astifino, veleto, cornivuelto y con un metro de pitón a pitón aunque tenga 220 quilos de canal.
Todos los toros dan cornadas, todos pueden matar, pero el canguelo que unos y otros producen es totalmente diferente.
Admiro a Rafaelillo, a Curro Díaz, a Serranito, a Javier Castaño, a Perera y al Fandi, a El Juli, a Talavente y a Morante y todo el que se ponga delante, pero los valoro mucho mas cuando se ponen delante de un animal totalmente íntegro.
Acepto arreglar un toro astillado, un poquito escobillado, pero de eso a afeitarlos, no, me niego a aceptarlo y los aficionados no podemos aceptarlo.
Los toros mogones, los muy astigordos, los cornicortos, los muy gachos y muy brochos, para matarlos en festivales y los pueblos, pero no en ferias importantes y muchas veces sucede al revés, que en un pueblo cualquiera sale un auténtico corridón de toros, astifinos como su madre y sin tocar, y en una feria de tronío, con las figuras, sale el toro, como tu dices, humanizado ( con la puntita redondeada a lima...), algo que so se cree ni Piédrola que en paz descanse.
El tema de los puyazos es otro cantar y creo que según va el panorama sin visas de querer solucionarlo.
Muchas veces ya salen los toros sin necesidad de ser picados, tan solo con un encontronazo al caballo es suficiente para ahormarlos, en otras ocasiones, cuando el toro tiene poder, empuja y los ven algo complicado, lo destrozan en el primer puyazo, dando puyazos alevosos y sangrantes a mas no poder, encima, el toro se empotra contra contra un muro percherón.
Esto es fácil de solucionar si se quiere, no lo del toro que ya sale sin necesidad de ser picado, ese no, el otro tema, el del monopuyazo alevoso. Yo cambiaría la puya actual de cruceta por una puya cónica sin corte y algo mas cortita, por ejemplo la del tamaño de las novilladas, eso sí con cruceta como tope. Por otro lado, obligaría a no dar un monopuyazo y obligaría a que el toro fuese dos veces al caballo pues al aficionado le gusta el tercio de varas, aunque a los profesionales de a pie, cada vez les da mas lo mismo. El toro es bravo por que se crece en el castigo, y cuanto mas bravo es, mas se crece ante los puyazos, cuando canta la gallina, aunque luego embista 300 veces a la muleta y meta el morro por los suelos, le ha faltado algo en su bravura, para mi lo esencial, embestir ante el que le está haciendo daño.
Es cierto que el toro de hoy en día es mas bravo que nunca, que aguanta 500 muletazos, que humilla e incluso va labrando el ruedo con los pitones, que se entrega y se le exige mucho, pero nos estamos cargando el tercio de varas, un tercio de una gran belleza el cual se está perdiendo por muchos motivos que muchos sabemos.
Un toro bravo no es completo si no lo demuestra en el caballo, no digo que no sea bravo, digo que no es completo. Hoy en día a muchos ganaderos y a muchos matadores de toros les da lo mismo que vayan o no vayan al caballo y el ganadero los cría para el tercio de muleta, y si embisten en el capote mejor, pero si es noble, tiene 500 muletazos y humilla, la suerte de varas y el capote, les da lo mismo y eso mismo quieren los toreros.
Esto que digo no les gusta oirlo a muchos profesionales, ni a algunos ganaderos, pero como usted mismo dice muchas veces, es mi humilde opinión.
Esto no me gusta decirlo públicamente, pero usted públicamente ha aceptado "la humanización" del toro y eso para mi, es jugar con ventaja, aunque la ventaja pueda matar.
Pido un toro con trapío y trapío no son pitones ni kilos, es un toro íntegro que tan solo con verlo se te pongan los pelos de punta y el profesional resople en el sorteo, es un toro armónico, serio, hondo, con pechos y cuartos traseros desarrollados y seriedad por delante, sin necesidad de ser un mastodonte de 580 kilos con dos guadañas por pitones, esos, para las calles, para Madrid, Pamplona y Bilbao, que me parece muy bien que quieran ese tipo de toro y de todo tiene que haber en el Ruedo del Señor.