Hoy se ha celebrado la cuarta corrida de toros de la feria taurina de Salamanca, corrida de toros de Garcigrande-Domingo Hernandez, de juego desigual y muy desigual de presentación.
Hemos presenciado una buena tarde de toros, muy interesante, donde se ha lidiado un gran toro, extraordinario, que le ha correspondido al matador Juan del Alamo, el cual ha estado verdaderamente bien con el gran toro que ha indultado.
El indulto de un toro es el máximo honor que se le puede conceder a un toro bravo, salir vivo de la plaza, irse de nuevo al campo y pasar del sacrificio a padrear, a ser semental.
Hoy han toreado tres grandes y buenos toreros, Morante de la Puebla, El Juli y Juan del Álamo.
Morante de la Puebla es el torero mas artista, mas torero, con mas torería, mas irregular, mas pasota, mas genio de todo el escalafón actual y entra dentro del club de los privilegiados del Olimpo taurino.
Morante es Morante, sin mas, no hay otro como el, un genio y un ingenio, un artista y un excéntrico, un torero valiente y medroso a la vez, un torero apático y deseoso a la vez, un toreo con torería y una personalidad acusada pero frágil, un torero nunca indiferente.
Hoy nos ha dado una de cal y una de arena. Tengo que decir que la corrida de Garcigrande en líneas generales no ha sido buena, pero ha echado un toro extraordinario que fue indultado por Juan del Álamo, una corrida como he dicho al principio, muy desigual de presentación y comportamiento, con toros verdaderamente anovillados y dos muy bien presentados, como el 4° toro y el 6°.
Morante en el primer toro parece que quiso pero no quiso, lo intentó ni a medias y lo pasaportó. El toro tenía poco fondo, pero Morante demostró que tenía mas muletazos que los que le pegó, pero Morante no quiso, cuando no lo ve claro, pasa de todo y corta; en cambio, en su segundo, sin ser un gran toro, mas aún, sin ser un buen toro, se entregó, se enfundó en su vestido y nos deleitó con una faena con altibajos, desigual, pero llena de arte, de improvisación, de torería, de enjundia, una faena distinta a lo que se ve habitualmente, nada mecánica, nada pensado, nada mecánico ni automático, todo salido del alma, del momento, de la inspiración, unos momentos mejores y otros mas deshilvanados, pero todos con torería y con pasión. Dio unas Verónicas singulares, llenas de arte y apretadas, unos muletazos artistas y adornos muy toreros. Cortó una oreja con mucha fuerza, le pidieron las dos con fuerza pero Ramón, el Presidente, hizo bien en no concederla, no era para eso.
El Julio hoy no ha estado bien, tampoco ha estado mal, pero no, no ha estado y si ha estado, ha estado distante, despegado, vulgar, anodino y desplazando hacia fuera a los toros. Bien es cierto que le tocó el peor lote, dentro de un conjunto que no fue la tónica general de los toros de Garcigrande a los cuales el, está acostumbrado. Cortó una oreja a su segundo toro sin mas, oreja que algunos le protestaron.
Juan del Álamo salió desde el principio a por todas, haciendo quites en los toros de sus compañeros, pegando chicuelinas, verónicas, medias, galleando.
Jhonatan, que así se llama Juan del Álamo, en su primero puso tesón y ganas y estuvo bien, poco mas que decir, pero en su segundo, hay amigos en su segundo, estuvo sensacional ante un toro serio, bravo, repetidor, noble e incansable. Toreó bien tanto con capote como con muleta, realizando el toreo serio intercalado con el toreo mas popular, sobre todo cuando el toro fue indultado y al final de la faena.
Juan del Álamo pegó muy buenas tandas por la derecha y por naturales, buenos pases de pecho y siempre dándole ventajas al toro, citándolo de lejos, dejándoselo venir como un tren, aguantando sus embestidas, largas, con fuerza y con casta. Cortó las dos orejas y el rabo simbólicos y la plaza se puso en pie. Salió a hombros y muchos niños y jóvenes le siguieron en su paseo en volandas.
Como nota negativa del festejo, cabe destacar el salto al ruedo de un incitador, de un reventador, de un provocador, de un imbécil, de un idiota, de un tonto antitaurino que con el torso descubierto y una pancarta en la mano llamó asesinos y torturadores a los toreros y a todos los que estábamos presenciando el festejo. Este tipo de gentuza no son nada mas que unos intolerantes provocadores que se meten en casa ajena y quieren imponer su criterio; gente intolerante e ignorante de la realidad del toreo, gente que se dice progresista y son auténticos dictadores.
Este payasete una vez en el ruedo se quitó la camiseta y se colocó un gorro y ante la bronca del público y la salida al ruedo de la policía y de los toreros para deneterle, intentaba huir como marica en pánico. Se tiró al ruedo cuando el toro estaba muerto, pero fue incapaz de tirarse cuando salió el toro por la puerta de chiqueros. Estos que dicen que el toro es inofensivo y que embiste por que le incitamos a ello, debería de haber salido con una margarita en la mano cuando el toro estaba parado en medio de la plaza, llegar a el y entregarle la florecita en señal de solidaridad, pero no, el cobarde saltó cuando ya el toro había muerto y el casi pide clemencia.
Dejarnos en paz intolerantes, dejarnos en paz dictadores, dejarnos en paz provocadores.