jueves, 8 de julio de 2010

Austin con Orthosorb. Dedos en garra revisión. Edema (infección)

Seny, una compañera de Colombia, me manda estas fotos para ver si la puedo orientar. Me cuenta que ha descartado que sea una onicomicosis y uñas psoriásicas. Lo que si parece ser es una leuconiquia verdadera. Las fotos no son muy buenas y no se ven muy bien. Yo ya le he contestado personalmente a Seny sobre el caso, pero si alguien me puede orientar y decir lo que piensa, se lo agradecería. No conozco personalmente a Seny pero me ha mandado varios casos, la verdad, ninguno de ellos, fáciles para mi. Espero siga mandándome mas casos y porder ir solucionándolos.




Otra compañera, también de fuera de España, que en este caso si la conozco, se llama Marelys y está en Venezuela, me manda esta foto de una paciente con un edema en el pie. La paciente se había hecho un tatuaje en el dorso del pie con la figura de una araña, algo que no me gusta nada. No me gustan los tatuajes, prefiero todo lo natural, aunque se caiga con el tiempo. Hoy, una de mis pacientes, una chica de 25 años, guapísima, preciosa, venía con tatuajes en brazos, piernas, y una rosa en uno de los pechos, lo cual, desmejoraba mucho la obra de la madre naturaleza, a mi forma y modo de ver las cosas, pero claro, sobre gustos.........

Ha venido a revisión una paciente que operé hace años, de los dedos en garra y en martillo. Así los tenía antes de la intervención.











Ahora los tiene así, fenomenal. Es una de las intervenciones que mas contenta ha dejado a la paciente pues la mujer dice tenía grandes dolores no solo a nivel de los dedos, si no en todo el dorso del pie. Podéis ver la relajación de los tendones extensores, antes y después de la operación.
He operado a una mujer de un juanete y de un quinto dedo. Le realicé un Austin con fijación reabsorbible de Orthosorb y artroplastias. Podéis ver el preoperatorio y el postoperatorio.
















Hoy me encuentro mucho mejor que en mi entrada anterior aunque también he tenido algunos casos personales, no podológicos, que te hacen pensar, pero el día comenzó muy bien. Las cuatro primeras pacientes por lo menos han sido cuatro chicas preciosas, guapísimas, una de ellas colombiana (se ve que en Colombia predominan las chicas guapas, pues las pocas colombianas que conozco son preciosas). He recibido una invitación para ir a dar unas ponencias a Francia, pero no tengo tiempo para ello, aunque me pagan bien. En Agosto me voy a Estados Unidos, a Atlanta y a Nueva York, en Septiembre, bueno, en Septiembre prefiero no pensarlo pero una de las invitaciones es a Barcelona a la Universidad, a dar clases al curso de postgrado, según me comentó en Salamanca Enrique Giral, además en Septiembre u Octubre voy a dar clase a Sevilla, en Noviembre creo que vuelvo a Cuba donde iré con Guillermo y mi mujer. Donde tengo unas ganas locas de ir es a Colombia, que en cuanto me lo digan, "po pa yá que me voy". En Enero me han invitado a impartir unas ponencias en un curso en Zaragoza, y luego, estoy esperando la invitación de Perú y algo que puede caer por tierras Ecuatorianas (eso espero).
He recibido un correo muy bonito desde Cuba, me lo ha mandado mi amiga Denise, y Sara, desde Venezuela me dice que la cosa no está muy bien en su país (en el mio tampoco, amiga mía, y como siga el gobierno que tenemos, vamos a ir a peor).

Ayer me acerqué a la Boutique de La Alegría y la verdad, cada día me gusta mas. En sus estanterías te puedes encontrar de todo. Ayer, encontré unos panfletos con consejos, consejos que muchos sabemos pero que normalmente no tenemos en cuenta, consejos sencillos, pero a veces muy difíciles de llevar a la práctica. La dependienta de La Boutique de la Alegría es un encanto, bueno, como que ella y la tienda son la misma cosa, están tan íntimamente unidas en el negocio que es lo mas semejante que he visto a un torero. Un torero lo es durante toda su vida, un torero lo es dentro y fuera de la plaza, un torero es un ser indivisible entre lo taurino y lo personal, y el torero que piense lo contrario, poco torero se siente. Hay que amar tanto al toreo, hay que sentirse tan toreo y creérselo de verdad (soy torero por encima de todo), que un torero no puede desligar lo profesional de lo personal. A la Boutique de La Alegría lo ocurre lo mismo con su dependienta, bueno, mejor dicho, con su encargada, son el mismo alma.