El diario de mi Clínica prácticamente dia a día. Comentarios y problemas con los que me encuentro, patologías que se me presentan y otros temas podológicos o que no vienen a cuento. Por que me da la gana.

lunes, 28 de junio de 2010

Onicomicosis (Urea al 50% y terbinafina). Osteotomía de base.

Hace días que no había vuelto a poner nada sobre mi último viaje a Cuba, viaje en el que experimenté algo que anteriormente nunca había tenido, miedo bajo el agua, pero gran emoción a la vez. Cuando llegamos a la barrera de coral de Cayo Largo el catamarán estaba rodeado de peces de todas clases, nadie se atrevía a tirarse al agua y disfrutar del fondo marino y su entorno. Me decidí a probar suerte y la experiencia fue sensacional. Anteriormente he buceado en Cayo Coco, Cayo Santa Lucía, en otros sitios de España y de Europa, pero la sensación que sentí esta vez, nunca la había vivido. En principio me tiré al lado del catamarán, sin alejarme mucho de su caso y en un momento me vi rodeado de peces de todas clases, sobre todo de unos verdes y amarillos de considerable tamaño. Me fui afianzando y me alejé bastante de la embarcación, momento en el que comencé a ver peces de mucho mas tamaño y mucho mas agresivos. Me sumergí a una profundidad entre tres y cuatro metros y vi gran cantidad de peces loro, rayas, peces trompeta, etc. y gran variedad de corales de todo tipo entre los cuales nadaban los peces payaso. Me acerqué al catamarán y tomé entre mis manos las conchas de las langostas que habíamos comido y regresé a la misma zona. Los peces eran auténticamente voraces, me quitaban los trozos de langosta de las manos, me veía rodeado por todo tipo de peces que querían quitarme de las manos lo que para ellos por lo visto es un manjar, y en una de las ocasiones, uno de los peces me pegó un muerdo en un dedo que me dejó huella, haciéndome una cortadura con sus afilados dientes. Volví a la embarcación esta vez a descansar y coger mas trozos de langosta para ir a otra zona distinta donde la barrera de coral era un poco mas profunda, los peces aún mas grandes pero menos agobiantes. Tomé aire y bajé hasta profundidades de cuatro y cinco metros donde me estallaban los oídos y me dolía la cabeza malestar que aguantaba a causa del maravilloso paisaje submarino que tenía ante mis ojos. Los peces eran menos agresivos a la hora de darle los trozos de langosta, se acercaban con cautela y comían de mi mano plácidamente, hasta que me pegué un susto de muerte, delante de mi, a unos tres metros, una enorme barracuda, seguida de otra y de otra y así una tras otra. Como podéis suponer, casi me ahogo del susto, el culo se me apretó y me quedé inmóvil, no sabía reaccionar. Cuando pasaron me fui nadando como una exhalación hacia la embarcación y decírselo al patrón de la misma, el cual me dijo que no pasaba absolutamente nada que solo había que tener cuidado con los tiburones, los cuales no aparecieron por ningún lado. Mas calmado volví al mismo lugar y tranquilo volví a ver mas barracudas, algunas incluso mas cerca pues no se asustaban de mi presencia y a una de ellas le vi la boca abierta y los dientes mas impresionantes que jamás he visto bajo el agua. En fin, toda una aventura, solo me faltó ver una sirena.
En esta foto estoy al lado del catamarán y se pueden ver los peces a mi alrededor, por detrás me seguían, por delante iban hacia mi.


















Alejado de la embarcación, todas esas manchas, son peces.
















Aquí se pueden ver como me rodean y chapotean intentando quitarme los trozos de langosta que tengo en las manos.


Dando de comer a los voraces peces caribeños.






Durante la travesía en el catamarán teníamos bebida a destajo, cerveza fría a cantidades, coca cola, limón, ron, mojitos, etc., y para comer, langostas, grandes y buenas langostas, muy sabrosas, nada de insípidas como en otros lugares caribeños. En estas cazuelas cuadradas se puede ver el armamento que llevábamos.





















Mi madre supervisando que no se pasen las langostas y queden en su punto pues están cocinadas a la cazuela, en su propio jugo y un poco de agua de mar, aceite y sal.


























Otra de las atracciones de la zona es poder ver delfines con los cuales te puedes bañar. Estos mamíferos están acostumbrados a acercarse al ser humano y dejarse acariciar por estos.
























Cambiando de tema, ahora paso a poner fotos de toros, en este caso, sigo poniendo fotos de KIKE de cuando maté el último novillo. Este muletazo creo que es de categoría. Estético, con mando, arte y temple. El novillo galopa estupéndamente lo malo es que es un espejismo y va con la cara a media altura. Esto no es fotoshop, es real.



En esta otra foto el novillo va mas humillado y largo, yo con los riñones metidos y los pies asentados. Creo que para ser un aficionadillo no está nada mal, ahora, los eruditos en materia taurina, que le pongan las pegas que quieran. Yo, satisfecho. Con el simple hecho de ponerme delante e intentar disfrutar, las crítica me resbalan.














Este otro es un poco peor, menos templado, menos estético pero no carente de torería. Muletazo ceñido, con la muleta un poco alta y eso que en esta ocasión el novillo metió la cabeza.





Podológicamente pongo un caso que creo puede ser interesante. Hace unos meses llegó a nuestra clínica una paciente con una posible micosis de varios meses de evolución. Era paciente de una compañera que con buen criterio cada 15 días le limaba mucho la uña y le había recetado Amorolfina (Odenil) pero sin resultados positivos. Mi padre le aplicó urea al 50% y en veinticuatro horas la lámina ungueal se desprendió.















Como tratamiento tópico le mando seguir con amorolfina en crema.














Y como tratamiento por vía oral, itraconazol (hongoseril en terapia pulsatil.). El resultado fue satisfactorio y la uña volvió a salir sana. Una pena que no tenga el resultado pues mi padre no lo fotografió.




Ayer me vino una paciente que operé hace quince años de una osteotomía de base. Era una de mis primeras osteotomías de base, creo que la sexta que realizaba, no recuerdo bien; lo que si recuerdo es que me las hizo pasar realmente mal, no me quedó bien pero la paciente quedó totalmente satisfecha. Con los años, vemos que la colocación de la placa no es la mas correcta y que los tornillo proximales dejan mucho que desear, pero el resultado final fue que el ángulo se redujo, no hubo problemas y los dolores le desaparecieron. Podéis ver que dejé uno de los agujeros de la placa libre pues ya no me atreví a forzar mas la situación.













Una cirugía que como se puede ver en la fotos no estuvo bien hecha y con la que uno no queda satisfecho, puede dar grandes resultados, mientras que en otras ocasiones cirugías bien realizadas con las que uno queda totalmente satisfecho, te amargan la existencia y la del paciente.



Ayer lunes y hoy martes, han sido dos días de verdadero agobio en la clínica. La segunda quincena de este mes ha superado todas las previsiones, haciendo que el mes sea estupendo sin llegar a ser extraordinario. Hoy he comenzado a las ocho de la mañana y casi ininterrumpidamente he estado trabajando hasta la hora del partido de fútbol, al cual he llegado a ver poco antes del comienzo. El número de pacientes de los centros de jubilados está bajando estrepitosamente y solo hay una causa, hay compañeros y compañeras, pero sobre todo compañeras, que están cobrando lo mismo a todo el mundo, tengan lo que tengan, y mientras algunos compañeros con los que he hablado me han comentado que el número de pacientes de los servicios sociales les han disminuido muchísimo, a otras compañeras y compañeros les ha aumentado. Ultimamente estamos recibiendo infinidad de llamadas de pacientes jubilados, algo que nunca ha pasado, preguntando que cuanto le íbamos a cobrar por arreglarle los pies, y a los jubilados que le hemos cobrado la demasía, no han vuelto, así de claro; incluso alguno de ellos nos ha llamado diciendo que tal podóloga se lo hacía por 9 euros, dando nombre y apellidos de la compañera.
España ha ganado, ha jugado bien, pudiendo haber marcado algún gol mas, pero en ese caso, Porugal también podría haber marcado alguno.